Después de una intensa y agotadora búsqueda, por fin encontramos el piso de nuestros sueños. Eso sí, de alquiler. Entonces firmamos un contrato, nos mudamos, compramos muebles, ponemos la vivienda a nuestro gusto y unos meses más tarde llega la sorpresa: el casero quiere vender el piso. ¿Te suena?
El propietario debe ofrecernos la compra de la casa antes de encomendárselo a una agencia y publicarlo en plataformas digitales, pero si no estamos interesados o no disponemos de suficiente capital para adquirirlo es cuando aparece el verdadero problema y comienzan a surgir miles de dudas. ¿Tengo que ponerme a buscar casa de inmediato? ¿Voy a tener que enseñar el piso a posibles compradores? ¿Es legal que el casero venda un piso que tengo yo alquilado? Respondemos a estas y otras preguntas a continuación.
¿Es posible vender un piso aunque ya esté alquilado?
Efectivamente, vender una casa con inquilino es un procedimiento totalmente legal y muy común. En la mayoría de los casos, aunque los propietarios al principio prefieran el alquiler de una vivienda para sacarle rentabilidad, con el tiempo pueden cansarse de la gestión mensual o necesitan el dinero de la venta para algún otro proyecto y es ahí donde comienza la preocupación por parte del inquilino.
Si tu casero te comunica sus intenciones de vender el piso, lo primero que debes mirar es que el contrato esté inscrito en el Registro de la Propiedad. De no ser así, el propietario puede ponerlo a la venta cuando crea conveniente, siempre y cuando el contrato no diga otra cosa.
Lo normal es que, si no se ha firmado lo contrario, el dueño deberá avisar a los inquilinos de la venta del piso con mínimo 30 días de antelación.
¿Qué sucede si tengo firmado un contrato de alquiler de tres años?
Al firmar un contrato de alquiler de larga duración, los inquilinos se aseguran cierta estabilidad. En el caso de que se haya estipulado un contrato de tres años, el propietario de la vivienda no podrá echarte de la vivienda hasta que venza el contrato y, por tanto, tendrá ciertas dificultades para venderla hasta entonces.
La venta de un piso con inquilinos en alquiler no es una tarea sencilla teniendo en cuenta que ningún comprador va a querer adquirir una casa que no puede visitar. Obviamente a nadie le hace gracia que desconocidos visiten sus hogares, así que lo mejor será llevar esta situación con naturalidad y negociarlo amablemente. En caso de no llegar a ningún acuerdo, debes saber que la ley ampara al inquilino y que, si te niegas a enseñar el piso, el propietario tendrá que asumirlo.
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